Eran las primeras horas de la mañana del sábado 5 de junio de 1880. Los rayos del tibio sol matinal caían sobre las paredes azules de una casita de modesta apariencia, situada en la falda del cerro de Arica y en dirección a la calle real del puerto.
Un soldado del batallón de granaderos de Tacna con el rifle al brazo, hacía su fracción de centinela en la puerta de la casita.
Quien hubiera penetrado en la pieza principal, que mediría ocho metros de largo por seis de ancho, habría visto por todo humildísimo moblaje una tosca mesa de pino, unos pocos envejecidos sillones y una gran banca con pretensiones de sofá.
Sentado junto a la mesa en el menos estropeado de los sillones y esgrimiendo el lápiz sobre un plano que delante tenía, se hallaba aquella mañana un anciano de marcial y expansivo semblante, de bigote cano, mirada audaz y frente despejada. Vestía pantalón de paño grana con cordoncillo de oro, paleto azul con botones de metal, militarmente abrochado y quepis con el distintivo de jefe que ejerce mando superior. Era el coronel Francisco Bolognesi.
Un capitán avanzó algunos pasos hacía la mesa y cuadrándose militarmente dijo:
- Mi coronel, ha llegado el parlamento enemigo.
- - Que pase – contestó Bolognesi y se puso de pie.
El oficial salió y pocos segundos después entraba en la sala un gallardo jefe chileno que vestía uniforme de artillero. Era el sargento mayor don Cruz Salvo.
- - Mis respetos, señor coronel – dijo, inclinándose cortésmente, el parlamentario.
- - Gracias, señor mayor. Dígnese usted tomar asiento.
Salvo ocupó el sillón que le cedía Bolognesi y éste se sentó en el extremo del sofá vecino. Hubo algunos segundos de silencio, que al fin rompió el parlamentario diciendo:
- - Señor coronel, una división de seis mil hombres se encuentra a tiro de cañón de la plaza.
- - Lo sé – interrumpió con voz tranquila el jefe peruano - Aquí somos mil seiscientos hombres decididos a salvar el honor de nuestras armas.
- - Permítame usted, señor coronel – continuó Salvo - que le observe que el honor militar no impone sacrificio sin fruto; que la superioridad numérica de los nuestros es como cuatro contra uno; que las mismas ordenanzas militares justifican en su caso una capitulación, y que estoy autorizado en decirle, en nombre del general en jefe de nuestro ejército de Chile, que esa capitulación se hará en condiciones que tanto honren al vencido como al vencedor.
- - Está bien, señor mayor – repuso Bolognesi sin alterar la impasibilidad de su acento - pero estoy resuelto a quemar el último cartucho.
El parlamentario de Chile no pudo dominar su admiración por aquel soldado, encarnación del valor sereno y que parecía fundido en el molde de los legendarios guerreros inmortalizados por el cantor de la “Iliada”. Clavó en Bolognesi una mirada profunda, investigadora, como si dudase de que en esa alma de temple espartano cupiera resolución tan heroica. Bolognesi resistió con altivez la mirada del mayor Salvo, y este, levantándose dijo:
- - Lo siento, señor coronel. Mi misión ha terminado.
Bolognesi acompañó hasta la puerta al parlamentario y allí se cambiaron dos ceremoniosas cortesías. Al transponer el dintel volvió Salvo la cabeza y dijo:
- - Todavía hay tiempo para evitar una carnicería… Medítelo usted, coronel.
Un relámpago de cólera pasó por el espíritu del gobernador de la plaza y con la nerviosa inflexión de voz del hombre que se cree ofendido de que lo consideren capaz de volverse atrás de lo una vez resuelto, contestó:
- - Repita usted a su general que quemaré hasta el último cartucho.
Minutos más tarde Bolognesi, convocaba para una junta de guerra a los principales jefes que le estaban subordinados. En ella, les presentó, sin exageración, el sombrío y desesperante cuadro de actualidad, y después de informarles sobre la misión del parlamentario, les indicó su decisión de quemar hasta el último cartucho, contando con que su decisión sería también la de sus compañeros de armas.
El entusiasmo como el pánico han sido siempre una chispa eléctrica. La palabra desaliñada, franca, tranquila y resuelta del jefe de la plaza halló simpática resonancia en aquellos jóvenes corazones. El hidalgo Joaquín Inclán y el intrépido Justo Arias, dos viejos coroneles en quienes el hielo de los años no había alcanzado a enfriar el calor de la sangre; el tan caballero como infortunado Guillermo More; el circunspecto jefe Mariano Bustamante y el impetuoso comandante Ramón Zavala, fueron los primeros, por ser también los de mayor categoría militar, en exclamar:
- - ¡Combatiremos hasta morir!
Y la exclamación de ellos fue repetida por todos los jefes jóvenes, como los hermanos Cornejo, Ricardo O´Donovan, Armando Blondel y el denodado Alfonso Ugarte, gentil muchacho, que en la hora del sacrificio y perdida toda esperanza de victoria, clavó las espuelas en los flanco del fogoso corcel que montaba, precipitándose, caballo y caballero, desde la eminencia del Morro en la inmensidad del mar.
Y todos, Inclán, Arias, More, Zavala, Bustamante, los Cornejo, O´Donovan y Blondel, en la tan sangrienta como gloriosa hecatombe de Arica, hecatombe que mi pluma rehúsa describir porque se reconoce impotente para pintar cuadro de tan indescriptible grandeza; todos, a la vez que Francisco Bolognesi, cayeron cadáveres mirando de frente el pabellón de la patria y balbuceando en su última agonía el nombre querido del Perú.
1. Siguiendo las descripciones de la lectura, dibuja la sala de la casa de Bolognesi.
2. Explica con tus propias palabras el significado de:
a) Quepí b) Gallardo c) Capitulación
3. ¿Qué entiendes por la frase “a tiro de cañón”?
4. Si te encontrarías en la situación de Bolognesi, ¿cuál habría sido tu respuesta?
Creo que Francisco Bolognesi fue una buena persona ya que trato de ganar la guerra.
ResponderEliminarEl Coronel Francisco Bolognesi muestra su valentía al decidir luchar hasta quemar el ultimo cartucho, sabiendo que los peruanos eran 1600 y los chilenos 6000, aún así no se rindió ante el parlamento chilenos.XD Xp =)
ResponderEliminarJesús Matías _ 6to D
A mi me parece que Francisco Bolognesi y los otros hombres mencionados fueron muy valientes y fieles a nuestra patria por su sacrificio por ell y por todos nosotros.
ResponderEliminarClaudia Llanos 6 "B"
Yo opino que el tuvo mucha esperanza en ganar la batalla y aunque el no gano fue muy valiente y positivo. A mi me gusto esa frase :"Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho"
ResponderEliminarYo creo que fue muy valiente al derrotar a 6000 soldados y tambien porque se sacrifico por el Perú .
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ResponderEliminarlaura 6C
ResponderEliminarPienso que Francisco Bolognesi fue alguien valiente porque aún sabiendo la gran desventaja númerica, no dudo en seguir protejiendo el Perú peleando por el dando astá la vida como muchos compañeros suyos.
ResponderEliminarArmando Ríos L. 6C
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ResponderEliminarYo considero a Francisco Bolognesi como héroe por ser una persona sobresaliente y muy valorada en nuestra cultura Peruana al pelear en la guerra del pacifico y defender a nuestro país sabiendo que podía perder la vida.
ResponderEliminarMichele Marca Infante 6toD
Yo opino que Fancisco Bolognesi hizo un acto heróico y fiel al defender nuestra patria y dar la vida por ella sabiendo que tenian desventaja y "luchó hasta quemar el último cartucho" por defender nuestra patria con su vida (lo que los heroes normalmente harian).
ResponderEliminarJose Luis Caceres 6toB.
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ResponderEliminarUn hombre muy valiente, que aún sabiendo que iba a perder la batalla y a morir, decidió luchar "hasta quemar el último cartucho"(Hasta el final)
ResponderEliminarAlfredo Altamirano 6°C
Yo opino que Francisco Bolognesi hizo un acto heróico, valiente y brillante por todo el Perú .Él fue un hombre que lo daba todo en lo que hacía. Peleó muchas batallas arriesgando su vida en cada una de esas.
ResponderEliminarEn una de esas peleas (La batalla del pacífico) el dio su vida por este país, sus últimas palabras fueron "Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho".
El es uno de los héroes más reconocidos en este país por su valentía al dar su vida por este país sabiendo él que algún día iba a venir el día de su muerte.
Charis Huamán 6A
Charis Huamán 6A
Charis Huamán 6A
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Yo creo que Francisco Bolognesi fue muy bueno debido a que tenia la esperanza de tener en alto el mobre del Perú y tubo mucho amor al Perú dejando que algunos soldados mueran..
ResponderEliminarClaudia Llamoca. "6D"
Me parece una respuesta excepcional
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ResponderEliminarMe parece bonita la historia
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ResponderEliminarFrancisco Bolognesi, fue un ser humano que siempre amó con gran pundonor su patria, a nuestro querido y hermoso Perú, fue un ser que lo dio todo, sus deberes sagrados que él menciona tan enfáticamente, es la gloria de sentir la fuerza íntegra del gran amor a su país, a su gente y a sus principios, a su familia y así mismo, dar todo por lo que es de justicia, y esto lo hace solo un ser humano que está predestinado para ser eso, un Héroe real y único. Demostrando así a todas las generaciones, que decidir férreamente por tus conceptos de justicia, Honor y dignidad no debes sentirte nunca avasallado,ante la adversidad,sé siempre como un coloso incólume, ante el pronóstico desfavorable que se te presente en la vida, asi de hecho estan, hechos los seres de inminente Grandeza. 😊😊😊😊
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